💣 El drama oculto de miles de estudiantes que sostienen la universidad pública con el cuerpo
Matías Calderón se acaba de graduar, pero no se desvincula de la lucha. Su testimonio, recogido por Revista Vértices, revela las condiciones cada vez más precarias de quienes estudian en la Universidad Nacional de Tucumán, pero podría hablar por miles en todo el país. El acceso a un plato de comida, un cuadernillo o un pasaje se convierte en un obstáculo cotidiano. Mientras el Estado reduce el presupuesto universitario y abandona las políticas de contención, el movimiento estudiantil responde con ollas populares, becas autogestionadas y redes de solidaridad. La nota no solo denuncia la indiferencia oficial, sino que subraya una verdad incómoda: la educación pública hoy se defiende a fuerza de militancia y ayuno. El estudiante es un consumidor vulnerable, pero también un actor político que se organiza cuando ya no hay otra opción.