🍏🍐 Alimentos, salarios y soberanía: la batalla del movimiento obrero por una economía con justicia social
En diálogo con Revista Vértices, el histórico dirigente gráfico y referente sindical a nivel nacional, Hector "Gringo" Amichetti, analiza con crudeza y profundidad el impacto del precio de los alimentos sobre la canasta de las familias trabajadoras. A través de un enfoque político y estructural, reclama una transformación de fondo que rompa con la concentración monopólica y ponga en el centro la soberanía alimentaria, la industrialización democrática y el rol indelegable del Estado. La entrevista condensa la mirada de un sector del movimiento obrero que no se resigna al modelo extractivista ni a la desregulación brutal, y llama a disputar todo el esquema económico en defensa del acceso a la alimentación como un derecho humano esencial.
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Editorial
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Fuente: Foto de Agencia Paco Urondo
El precio del alimento no es una variable más de la economía: es el centro de gravedad de la vida cotidiana de millones. En tiempos de ajuste y liberalización comercial, cuando el Estado se retira y la concentración avanza, la discusión sobre el pan en la mesa deja de ser técnica para volverse política. Así lo expresa Gringo Amichetti, histórico dirigente del gremio gráfico, integrante de la Corriente Federal de los Trabajadores y referente nacional del sindicalismo que no se resigna.
“No se puede hablar de salarios si no se discute el precio de los alimentos”, afirma sin rodeos. Y advierte: “Cuando se libera el comercio exterior, cuando no se regula la cadena de valor, los aumentos no solo son inevitables: son funcionales al saqueo de los bolsillos populares”.
🥘 La canasta como campo de batalla
🗣️ “El precio de los alimentos tiene un impacto sustancial en la canasta familiar de la clase trabajadora.”
Cada devaluación profundiza la desigualdad. Según Amichetti, la carrera entre precios y salarios está amañada: los alimentos corren adelante, los sueldos los persiguen. Y esa carrera siempre la gana el poder concentrado.
El problema no es sólo económico, sino estructural. “Si no se ataca el abuso en la cadena que compone el precio de los alimentos, es imposible tener una situación racional”, sostiene. Y con eso no se refiere a una medida aislada, sino a un abordaje integral, sistémico, que revise de raíz el modo en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos en Argentina.
🏬 El rol de los formadores de precios
🗣️ “Están los grandes supermercados, las empresas que concentran rubros, los que controlan la circulación. Es una estructura que impide cualquier racionalidad.”
El sindicalista apunta directamente contra los formadores de precios: empresas con poder de fuego, que fijan valores sin control y definen cuánto vale comer en Argentina.
No es nuevo, pero el agravante actual —según el dirigente— es la total desregulación del comercio. “En este gobierno, que libera toda la actividad comercial, no se ha logrado construir ningún ámbito donde se analice la cadena de producción y se pongan límites al abuso”.
🌾 Soberanía alimentaria como programa
🗣️ “Tenemos que atender la soberanía alimentaria. Tener precios razonables en productos que son nuestros.”
Para Amichetti, la soberanía alimentaria no es un eslogan ni una consigna abstracta. Es un punto programático del movimiento obrero. Y es también un campo de acción. “No podemos seguir pagando precios internacionales por lo que producimos acá, en nuestra tierra, con nuestros trabajadores. Eso no es libertad: es dependencia”.
En ese sentido, remarca experiencias concretas, aunque limitadas, de producción popular de alimentos con precios accesibles. “Hay ejemplos, pero no tienen impacto general. Se necesita voluntad política, escala y una estrategia que rompa con la lógica especulativa”.
🧱 Transformar la matriz productiva
🗣️ “La lucha de la clase trabajadora debe ser por transformar la matriz económica y social.”
No se trata solo de controlar precios, sino de repensar desde el origen. “Es imprescindible reorganizar el sistema de producción primaria, articularlo con una política industrial al servicio del pueblo y eliminar la intermediación innecesaria”.
Ese modelo no puede surgir de la mano invisible del mercado, dice. Tiene que construirse con decisiones políticas firmes, con participación activa del cooperativismo, las PyMEs, las economías regionales, y con intervención directa del Estado.
🗣️ “La producción de alimentos debe democratizarse, romper con los monopolios, y dejar de estar subordinada a la exportación.”
🛑 Críticas a la lógica exportadora
Amichetti denuncia que los beneficios a la exportación de productos primarios sin regulación no solo afectan la disponibilidad interna, sino que distorsionan todo el esquema de precios internos. “Si no hay control, exportar se convierte en una forma de encarecer el alimento para quienes vivimos acá”.
Y vuelve al punto central: comer no puede ser un lujo, ni una mercancía atada al dólar. Tiene que ser un derecho humano garantizado.
🥊 Contra el modelo de desregulación total
🗣️ “Con un gobierno que considera que la justicia social es una aberración, estamos en el peor de los escenarios.” Las palabras no son casuales. El dirigente sindical se refiere con crudeza a la lógica del actual gobierno nacional, que propone desregular la economía, minimizar el rol estatal y eliminar políticas redistributivas.
“Ese modelo no contempla el mercado interno. No reconoce las necesidades del pueblo. Solo prioriza el negocio de unos pocos”.
Frente a eso, plantea que la clase trabajadora no puede mantenerse al margen. Debe disputar no solo el salario, sino también la forma en que se produce, distribuye y accede a los bienes esenciales.
✊ Un programa para disputar el poder económico
La propuesta no es resignarse, sino disputar. “El movimiento obrero necesita un programa que incluya la alimentación como eje central. No hay justicia social sin comida. Y no hay comida sin planificación, sin control estatal, sin ruptura de los monopolios”.
🗣️ “La matriz productiva debe pasar de la especulación financiera a la industrialización plena, con PyMEs, cooperativas y Estado presente.”
🔚 El hambre como síntoma del modelo
Para Amichetti, el problema no es la escasez, sino la falta de voluntad política. “Hay alimentos. Hay producción. Hay capacidad. Lo que falta es distribución, planificación, control. Falta Estado. Y sobra concentración”.
En ese marco, concluye con una afirmación rotunda: “Defender el acceso a los alimentos no es un reclamo sectorial. Es la defensa del derecho a vivir dignamente. Es una causa del pueblo. Y es una batalla que el movimiento obrero tiene que dar, con conciencia, organización y proyecto”.
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