👉🏽 IA y cambio climático: ¿quién pagará el precio de la crisis energética?

José Pagliero, ingeniero mecánico, trabajador del sector energético e investigador del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología, analiza el presente y futuro de la crisis energética global y su impacto en Argentina. En una entrevista con Revista Vértices, advierte sobre la inminente crisis de suministro, el impacto del consumo creciente de la inteligencia artificial, el cambio climático y la situación de EPEC en Córdoba.

 

"La energía es un derecho"

 

Afirma de manera contundente José Pagliero al inicio de la entrevista. En un mundo donde cualquier actividad, ya sea laboral o de recreación, depende del acceso a la energía, pensarla como un bien de mercado y no como un derecho fundamental se convierte en un problema estructural. 

 

En este sentido, advierte que "la crisis energética a nivel mundial se va a recrudecer" y aporta un dato revelador: "Cada seis meses, el consumo energético para el desarrollo de la inteligencia artificial se multiplica por 11". Este crecimiento exponencial genera una presión sin precedentes sobre la generación y distribución de electricidad, en un contexto donde las inversiones en infraestructura no van a la par de la demanda.

 

La inteligencia artificial, el cambio climático y la crisis energética global


El crecimiento desmedido del consumo energético ligado al desarrollo de la inteligencia artificial se ha convertido en una de las principales amenazas para la estabilidad del sistema eléctrico global. Empresas tecnológicas en Estados Unidos, Europa y China han impulsado una demanda energética sin precedentes debido al funcionamiento de servidores y centros de datos que alimentan modelos de IA. 

 

A medida que estas infraestructuras crecen, países enteros ven comprometida su capacidad de suministro eléctrico. En Europa, por ejemplo, la escasez de energía ha llevado a restricciones en el acceso a electricidad para nuevos proyectos tecnológicos, mientras que en China ya existen limitaciones regulatorias para la expansión de estos centros de datos debido al alto consumo que representan. 

 

Pero el problema no es solo energético. "La inteligencia artificial también está contribuyendo indirectamente al cambio climático", señala Pagliero. "El aumento en la demanda energética significa una mayor utilización de combustibles fósiles en muchos países, lo que intensifica la emisión de gases de efecto invernadero". A pesar de los avances en energías renovables, la dependencia de fuentes no sostenibles sigue siendo una realidad.

 

"La próxima sequía no va a ser de agua, sino energética", advierte, en referencia a cómo la demanda de energía para el mantenimiento de la IA está desviando recursos de sectores esenciales. "Hoy, en pleno desarrollo, esta tecnología marca una tendencia insostenible". 

 

Este problema también afecta a América Latina, donde países como Brasil y México están enfrentando dificultades para garantizar el abastecimiento eléctrico a sectores industriales debido a la creciente digitalización. "No se está discutiendo quién va a pagar esta factura energética: si serán las grandes empresas de tecnología o, como siempre, los usuarios más vulnerables", advierte Pagliero.

 

El impacto en Argentina y el riesgo de exclusión energética


La situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta la planificación energética nacional, que según Pagliero, es prácticamente inexistente: "Que no haya un plan, es un plan". En este marco, menciona los proyectos para instalar "granjas de servidores" en la Patagonia debido a las condiciones climáticas favorables, pero se pregunta: "¿De dónde vamos a alimentar eso si no invertimos en generación y distribución?". 

 

En Argentina, el aumento tarifario ha golpeado

 

especialmente a los sectores más vulnerables. "En los últimos 18 meses, la energía aumentó un 600%", denuncia, resaltando que, ante la falta de inversiones en generación, "la única forma de sostener la demanda es restringiendo el consumo a los usuarios más vulnerables, como siempre".

 

En la provincia de Córdoba, la situación se agrava con los planes de privatización de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC). "Si se saca la distribución de manos del Estado, ¿quién va a garantizar el suministro a las poblaciones aisladas?". La privatización, advierte, responde a una lógica de rentabilidad: "Básicamente, van a aclarar todo para el lado del que obtenga las ganancias, y nunca los trabajadores estamos adentro".

 

En este escenario, el ingenerio Pagliero alerta sobre la profundización de las desigualdades y la inminencia de una crisis energética que, lejos de ser una simple fluctuación de mercado, representa una amenaza estructural para el acceso a un recurso fundamental. "El costo de la inteligencia artificial no solo se mide en datos, sino en el colapso de los sistemas energéticos y su impacto en el cambio climático", concluye, dejando en claro que el problema no es del futuro, sino del presente.

 

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